PSICOLOGÍA COTIDIANA por Rudy Daini
MI MEJOR
PSICOLOGO: MI PERRO
UNO, luego
de toda una vida llena de vicisitudes, se encontró ante la siguiente paradoja,
si se quiere existencial. Por un lado, comprendió que la emoción del amor
constituye la frecuencia más alta de energía que pueda vivir un ser humano. Que
cuando vibramos en esa frecuencia, podemos expresar cualidades divinas como el
gozo, la paz, la generosidad, la compasión, la tolerancia, la gratitud y la
empatía. Cuando sentimos amor nos elevamos a un estado más alto de conciencia,
dejando atrás los pensamientos y emociones negativas, y comenzamos a irradiar
paz y armonía. Pero por el otro lado, debido a su nefasta experiencia en las
relaciones con los seres humanos, UNO herido y sin haber sido capaz de mantener
a raya su ego, un buen día decidió alejarse de la humanidad. Lo hizo cuando se
enteró de la historia de San Francisco de Asis, amante de la naturaleza y al
que todas las especies de animales escuchaban y obedecían.
En verdad,
el vínculo del ser humano con los animales ha estado presente a lo largo de la
evolución humana durante los últimos 2,6 millones de años. Los homínidos
primigenios tuvieron que aprender a ponerse en el lugar de los animales para
evitar ser atacados por ellos o bien para cazarlos, lo que provocó, de acuerdo
a la investigadora Pat Shipman, el desarrollo de la empatía en el cerebro y las
emociones humanas. Tras acumular una gran información acerca de los animales,
el hombre comenzó a domesticarlos con fines muy variados. La evolución de esta
relación ayudó a que la especie humana desarrollara la empatía, la compasión y
el compromiso.
Hoy en día
la relación que desarrollamos con las mascotas es muy importante y valiosa. Es
diferente a la que tenemos con amigos y familiares y nos enriquece de
diferentes maneras. Los animales no juzgan a sus dueños, sino que los aceptan y
quieren tal cual son.
UNO tiene
“resuelto” el sentimiento de compañía, confianza y seguridad gracias a las
mascotas que tiene en casa. Esperemos que también haga esfuerzos para aprender
a disfrutar de la compañía de los seres humanos. Mucho más complicada, pero con
una dimensión única y necesaria para nuestra Psique.
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