viernes, 20 de octubre de 2017

PSICOLOGÍA COTIDIANA por Rudy Daini

MAS VALE SOLO QUE ENAMORADO
UNA prefiere vivir aventuras y no establecer relaciones formales. Le fastidian los compromisos. Eso de tener que rendir cuentas o cuidar de la sensibilidad del otro para ella es una verdadera calamidad.  Una y otra vez, UNA ha ido detrás del chute hormonal que dan los encuentros nuevos o casuales. Los exprime al máximo y cuando dejan de darle “nota”, los abandona. Esta ha sido la constante de UNA a través de los años. Ni los hijos que tuvo a pesar de sus andanzas, han podido persuadirla de establecer un hogar. Hoy en día UNA sabe que la belleza física se le acaba y anda con más prisa para vivir intensamente. Ya no le importa “el qué dirán” y está dispuesta a cualquier cosa con tal de alcanzar sus objetivos.
UNO es uno de aquellos hombres que se quedaron prendados de la falda de la mamá. Detrás del aspecto varonil y la seguridad profesional, UNO siempre necesitó apoyarse en una figura femenina para resolver las nimiedades de la vida. Para él las mujeres son medios de satisfacción sexual o “extensiones maternales” y aún no sabe verlas como compañeras de vida.
Por cosas de la vida, UNO y UNA se encontraron en una fiesta y, como ha de suponerse, de inmediato se fueron a la cama. Los encuentros llenos de pasión fueron aumentando y con ellos “algo” inesperado fue apareciendo. Con el pasar de los días las chispas, como de costumbre, fueron apagándose, pero a pesar de ello, “ese no sé qué” los tomó desprevenidos e intentó quedarse.

UNA ya se encuentra lejos de aquel corazón. Su mente se las ingenió para encontrar la escusa adecuada. Lo mismo hizo UNO.  Hoy en día ambos, cada uno por su lado y con el mismo guión de vida, mantienen, sin reconocerlo abiertamente, un grato recuerdo de aquella experiencia que ofreció “algo que pudo haber sido, pero no fue”.


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