jueves, 31 de agosto de 2017

PSICOLOGÍA COTIDIANA por Rudy Daini

NI TAN BLANCO, NI TAN NEGRO.
UNO se tumbó de golpe en un banco del parque. Venía corriendo por las veredas como parte de un entrenamiento cuya única estructura respondía a las ganas del día. Con la lengua afuera y el cuerpo torpe como consecuencia de la desproporcionada exigencia al que venía sometido esa mañana, al sentarse golpeó a un anciano con una larga barba blanca que tenía la mirada perdida en el horizonte. Le pidió disculpas mientras se apartaba el sudor de la frente y el anciano, sin inmutarse y con una voz suave y penetrante, le respondió.
_ Soy yo más bien quien te agradece porque esta coincidencia reconduce mi meditación hacia confines desconocidos.
_ Pero … disculpe, yo lo que veo son pajaritos cantando sobre la copa de los árboles. Acotó UNO.
_ Más allá de lo obvio, existen estados de ánimo que logran salir a flote y nos regocijan el corazón.
_ Pero… mientras usted ve los pajaritos, o más bien, el no sé qué en el no sé dónde, yo veo a la gente paseando y oigo la música de unos raperos mezclada con el fluir de las patinetas.
_ Puedo comprender lo difícil que resulta alcanzar ciertos niveles de conciencia. Años de concentración y de mantener una vida asceta, son necesarios para tal fin.
_ Pero… no entiendo … si yo logro ver lo que usted ve, o si yo logro llegar a eso que usted dice que es bueno llegar; si lo hago, entonces dejaría de ver, oír o sentir lo que puedo hacer ahora mismo con tan sólo atender a mis cinco sentidos.
_ Hay tantas realidades cuantas mentes existen. La idea es ir más allá en la búsqueda de una paz interna y la verdad absoluta.

UNO confuso se levantó y se fue sin saludar. Volvió a casa inusualmente ensimismado. Por su parte, el anciano lentamente también dejó el banco y se puso en marcha. A los pocos metros una fuerza interna inesperada y desconocida para él, lo sacó de su parsimoniosa vida e hizo que se volteara hacia un corro de niños. Con una gran sonrisa compartió la alegría de uno de ellos que recién había logrado impactar su canica sobre otra.
PSICOLOGÍA COTIDIANA por Rudy Daini

AMIGO. AMIGO EL RATÓN DEL QUESO.
La amistad es una relación afectiva que puede establecerse entre dos a más individuos. La amistad lleva asociados valores como la lealtad, la solidaridad, la incondicionalidad, el amor, la sinceridad y el compromiso. Se desarrolla gracias al trato frecuente y el interés recíproco.
La amistad puede surgir entre hombres y mujeres, familiares con cualquier clase de vínculo, personas de distintas edades, religiones, ideologías, culturas, extracción social e intereses. Incluso con animales. Las relaciones de amistad pueden nacer en los más diversos ambientes y situaciones: el lugar donde vivimos, el sitio donde trabajamos o donde estudiamos, en las fiestas y en las reuniones, en los sitios que más frecuentamos, a través de otros amigos o en las redes sociales.
Para Abraham Maslow, psicólogo humanista, la amistad o filiación es una de las necesidades previas que se requiere satisfacer para autorrealizarnos, es decir, para ser lo que deseamos ser en la vida. Antes de la amistad tenemos en orden de importancia a las necesidades fisiológicas y a las de seguridad.
Nuestro amigo UNO piensa que esta necesidad de la amistad la tiene más que cubierta. Para ello nos presenta como aval a los cientos de amigos que ha acumulado en las redes sociales. Es obvio que no tiene muy claro en que consiste este vínculo. La historia personal de UNO, llena de soledades y desplantes lo hace una persona tan ávida de ser tomada en cuenta que para ello es capaz de cualquier cosa. Busca impresionar a los otros, muchas veces exagerando o mintiendo. Por lo general acomoda la verdad de las cosas para ser el centro de la atención. Las personas que en un inicio se impresionan con su actuación y empiezan a estimarlo, pronto se percatan de la falta de genuinidad y dejan de seguirlo.
Lo que UNO no es capaz de entender mientras no resuelva su carga histórica, es que ser leal, solidario, incondicional, sincero y comprometido, son valores que salen del corazón y no del propio ombligo.



PSICOLOGÍA COTIDIANA por Rudy Daini

MÁS VALE MALO CONOCIDO QUE QUEDARSE SOLA.
UNA es una mujer con mucho éxito en su trabajo. No hay situación que no sepa resolver o persona que se le interponga cuando emprende algún proyecto. Toda su vida fue así. Desde muy pequeña, haciendo uso de su inteligencia privilegiada, se destacó de manera sobresaliente en los estudios y en los deportes. Muy temprano aprendió a defenderse y a ser reconocida como una “persona muy capaz”. Pero esta forma de ser y de proceder no siempre le ha funcionado. UNA fue muy popular entre los chicos del liceo y hoy en día puede jactarse de haber tenido innumerables enamorados. Sin embargo, jamás se ha sentido flechada por cupido. Esto es algo que le cuesta reconocer y que una y otra vez, de manera infructuosa, ha buscado resolver “a su manera”. De hecho, no ha habido hombre que haya podido resistirse a sus encantos y que no haya sido vencido con sus argumentos. Incluso los más recios han terminado transformándose en mansos y aburridos corderitos que pronto han pasado a la historia. Como puede verse, UNA, sin percatarse de ello, ha desarrollado un perverso mecanismo que le garantiza lograr una conquista y sabotearla a la vez.
La distinción entre sentirse importante y sentirse capaz es la clave para entender esta situación. UNA nunca ha sentido que puede llegarse a “ser alguien” sin que medien los logros y las acciones. Es decir, poder sentirse importante y plena simplemente porque existe como persona.
Cuando nos hemos sentido amados desde pequeños incondicionalmente, desarrollamos la certeza de que somos seres queribles. Y es esta experiencia agradable de autoestima la que nos pone en contacto con las otras personas y nos permite disfrutar de un intercambio constructivo.

UNA, de seguir como va, tan sólo le quedan dos posibilidades: quedarse sola una y otra vez, o bien, conformarse con la compañía de un corderito.

PSICOLOGÍA COTIDIANA por Rudy Daini

SOY UN NÁUFRAGO, MI MUJER ME DEJÓ.
UNO y su mujer llevaban mucho tiempo aburridos de la relación. Las fuertes discusiones de los primeros años fueron dejándole el paso al distanciamiento, primero emocional y luego físico, hasta que cada uno se mudó a un dormitorio distinto. Ni el amor de los hijos pudo salvar las diferencias entre ellos porque esta emoción nunca llegó a tener su espacio en la pareja. Molestias, reconcomios, descalificaciones, criticas, cuestionamientos, señalamientos, gestos desaprobatorios, fueron enquistándose cada día más en el alma de ambos, de tal manera que el único propósito de vida que les quedó, fue el atacarse mutuamente.
Un buen día la mujer de UNO se marchó. Cansada de la vida que llevaba y gracias a una buena asesoría, decidió emprender su propio viaje. Optó por saltarse el tema de la reconciliación y empezó a cuidar de las necesidades de su corazón.
UNO, ante el desplante de su mujer, quedó paralizado. La soga que lo mantuvo seguro y atado a la orilla durante todos estos años, de tanto estirarse, finalmente se rompió. Tal como un náufrago en su patera, UNO se encontró de pronto en medio del mar sin referencia alguna y solo, muy solo. Ya no podía ni discutir, ni pelearse con nadie y la desesperación empezó a invadirlo.

Estos momentos son muy difíciles para cualquiera, pero sobre todo para quien, como UNO, ha ejercido un estilo de vida tan limitado y desconectado de sí mismo. Cuando nos permitimos transitar a través de nuestros temores y atendemos a nuestras necesidades insatisfechas más íntimas de afecto y reconocimiento, es cuando realmente estamos preparados para convivir con alguien. Si aprendemos a creer en nosotros mismos y a reconocer el potencial que tenemos, pronto podremos ver en el  horizonte una nueva orilla.
PSICOLOGÍA COTIDIANA

MI OMBLIGO ES LO MÁS IMPORTANTE
Nuestro personaje UNO UNO anda por la vida con la esperanza de que la suerte lo ayude a encontrar un buen empleo, una buena esposa, y todas aquellas cosas que conforman lo que suele llamarse felicidad. Observa que otros llevan mejor vida que él. Que tienen una mejor familia, más dinero, relaciones y trabajos importantes. Para UNO UNO los demás están bien y él está mal.
En el caso de UNO DOS el desasosiego es el estado usual de su existencia. Desde que nació ha tenido la impresión de no haber sido bien recibido. En un ambiente ausente de apego, siempre ha pasado trabajo para poder satisfacer sus necesidades más básicas. En su mundo actual prevalecen las injusticias y los callejones sin salida. Como futuro, lo único que es capaz de visualizar es el sufrimiento y la desesperanza humana. Para UNO DOS todos incluyéndose a el mismo están mal.
UNO TRES es el que piensa que la modestia es una virtud que no sirve para nada. Que es bueno que nos mostremos tal como somos, con nuestros aciertos y nuestros errores. Que seamos capaces de compartir nuestros logros y de disfrutar de la compañía de otros seres humanos. Para UNO TRES, el mundo está lleno de energía vital que nos hace vibrar y sentir que somos parte de un maravilloso universo. Él está bien y todos están bien.
En el caso de UNO CUATRO, su “ombligo” es lo más importante. Sus necesidades y apetencias van primero y por encima de cualquier cosa. Cree que su visión del mundo es la correcta y busca imponerla a toda costa. Para UNO CUATRO él está bien y los demás andan mal.
De estas posiciones existenciales la de UNO DOS es la más difícil de atender porque la desesperanza cuando se enquista en el corazón es dura de vencer.

La posición de UNO CUATRO, aunque es la más incómoda de soportar, resulta bien simple de entender. Cuando una persona necesita imponerse sobre los demás para sentirse bien, en realidad nos refleja un UNO UNO oculto que no ha sabido cómo atender adecuadamente sus frustraciones y necesidades insatisfechas.

PSICOLOGÍA COTIDIANA por Rudy Daini

EL ARTE DE LOS GRISES.
UNO le gusta ir a la playa. A UNA la arena le disgusta y evita el sol porque es dañino para la piel. Él prefiere ver el futbol, ella las pelis románticas. UNO disfruta de su vaso medio lleno. UNA siempre se queja de lo que falta. Los paseos de UNO están llenos de colores y formas que le ofrece la naturaleza. Los de UNA son un enredo de ensoñaciones mezcladas con los sonidos del ambiente. UNO es práctico, le gusta la rutina, el sudor del ejercicio, piropear a las mujeres, competir con los amigos y discutir de política. Se afeita por obligación, viste con lo que tenga a mano, arrugado o no, y le encanta pasear en su coche deportivo. UNA va siempre impecable. Para ella la imagen y los modales son lo primero. Le gusta ir de compras, al salón de belleza, visitar a las amigas, aparecer en las reseñas y atender a los invitados. UNA siempre tiene la última novela sobre su mesita de noche. Para UNO es blanco, para UNA es negro.
UNA y UNO viven en mundos diferentes. Son como dos puntos colocados a los extremos de una hoja de papel, a partir de los cuales cada uno ha ido dibujando sus propias figuras geométricas que en raras ocasiones se tocan o cruzan. Figuras blancas, por un lado, y negras por el otro. Pero en esencia, las mismas figuras.
UNA y UNO dicen no entenderse a pesar de ese “algo” que los mantiene juntos. No saben que hacer y lo que hacen, genera más figuras geométricas, blancas y negras por supuesto.

Trazar una línea de encuentro entre estos dos seres: UNA y UNO, requiere que estén dispuestos a ampliar sus paletas de colores, con mayor precisión, sus gamas de sus grises. Sólo así puede lograrse un canal válido de comunicación y entendimiento. La magia infinita de los grises que parten del negro hasta llegar al blanco, o viceversa, es la única alternativa para unir a estos dos puntos.