PSICOLOGÍA COTIDIANA por Rudy
Daini
EL ARTE DE LOS GRISES.
UNO le gusta ir a la
playa. A UNA la arena le disgusta y evita el sol porque es dañino para la piel.
Él prefiere ver el futbol, ella las pelis románticas. UNO disfruta de su vaso
medio lleno. UNA siempre se queja de lo que falta. Los paseos de UNO están
llenos de colores y formas que le ofrece la naturaleza. Los de UNA son un
enredo de ensoñaciones mezcladas con los sonidos del ambiente. UNO es práctico,
le gusta la rutina, el sudor del ejercicio, piropear a las mujeres, competir
con los amigos y discutir de política. Se afeita por obligación, viste con lo
que tenga a mano, arrugado o no, y le encanta pasear en su coche deportivo. UNA
va siempre impecable. Para ella la imagen y los modales son lo primero. Le
gusta ir de compras, al salón de belleza, visitar a las amigas, aparecer en las
reseñas y atender a los invitados. UNA siempre tiene la última novela sobre su
mesita de noche. Para UNO es blanco, para UNA es negro.
UNA y UNO viven en
mundos diferentes. Son como dos puntos colocados a los extremos de una hoja de
papel, a partir de los cuales cada uno ha ido dibujando sus propias figuras
geométricas que en raras ocasiones se tocan o cruzan. Figuras blancas, por un
lado, y negras por el otro. Pero en esencia, las mismas figuras.
UNA y UNO dicen no
entenderse a pesar de ese “algo” que los mantiene juntos. No saben que hacer y
lo que hacen, genera más figuras geométricas, blancas y negras por supuesto.
Trazar una línea de encuentro entre estos dos seres:
UNA y UNO, requiere que estén dispuestos a ampliar sus paletas de colores, con
mayor precisión, sus gamas de sus grises. Sólo así puede lograrse un canal
válido de comunicación y entendimiento. La magia infinita de los grises que
parten del negro hasta llegar al blanco, o viceversa, es la única alternativa
para unir a estos dos puntos.
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